martes, 18 de agosto de 2009

 

A través de la puerta y las ventanas, supuestos asesinos dispararon sesenta y tres balas en el dormitorio de León Trotsky, el cual formaba parte de una casa que parecía una fortaleza, en la ciudad de México. Gracias a la advertencia que se le hizo instantes antes, Trotsky y su mujer escaparon sin daño alguno escondiéndose bajo la cama. Después, en el mismo año, que era 1940, Trotsky fue asesinado por un hombre que usó un piolet, y que se había ganado la confianza del antiguo revolucionario ruso. El asesino tenía como nombre Jacques van den Dresch, pero era sólo un alias. Su verdadera identidad permanece desconocida. (En México se le conoce más como Jacques Mornard).

1 comentarios:

Patito dijo...

ehh. me siento identificada con este blog. seguiré pasando, siempre que no termine con todo.
besos