Alguien gritó « fuego » para hacerse el gracioso, en una reunión de Navidad que celebraban en una mina de cobre en Calumet, Michigan, en 1913. Cundió el pánico y se perdieron setenta y dos vidas, de niños en su mayor parte.
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3 comentarios:
Manso pedo se mando el que grito. jaja
saludos y muy bueno el blog
Probablemente de soledad. Es la que más duele. That's my choice.
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