La entrega absoluta y el gusto de sufrir por el amado, el deseo de ser maltratado; de otro lado, el amado que atormenta al amante goza de su sentimiento de poderío, y tanto más cuanto con él se tiraniza a el mismo, es un doble ejercicio de poder. La voluntad de poderío la ejercemos aquí a despecho de nosotros mismos.
Nietzche.
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